Esmaltes Semipermanentes

No existen diferencias en términos absolutos. Algunas personas utilizan el término "manicura permanente" para referirse al proceso de construcción de uñas, el cual implica un relleno periódico con productos como gel o acrílico cada 15 a 21 días. Sin embargo, este concepto a menudo se confunde con el proceso de esmaltado.

En términos profesionales y precisos, lo adecuado es hablar de "Esmaltado semipermanente" o "Esmalte en Gel", que tiene una duración de entre dos a tres semanas (21 días). Al decir que "dura", nos referimos a que el esmalte se mantendrá en óptimas condiciones durante este período.

Posteriormente, debido al crecimiento natural de la uña, es necesario retirarlo para prevenir posibles desprendimientos o roturas de la uña natural. Es importante aclarar que el esmalte "permanente" como tal no existe; todos los esmaltes, incluso los semipermanentes, deben ser removidos eventualmente.

Un esmalte semipermanente de buena calidad, como lo es la marca Gelfix, puede durar entre dos a tres semanas, dependiendo del crecimiento de la uña y el cuidado que se le dé durante ese tiempo.

El esmalte semipermanente funciona de manera similar, aunque no idéntica, a un esmalte tradicional, pero exige una preparación más exhaustiva de la superficie de la uña.

Para lograr una adherencia óptima del producto, es necesario el uso de un deshidratador. Dado que los esmaltes semipermanentes poseen una base gel, es imprescindible su secado bajo una lámpara UV/LED.

El tiempo que tarda en secarse depende tanto de la potencia de la lámpara utilizada como de la calidad del esmalte. Es relevante mencionar que, en un procedimiento semipermanente profesional, el proceso concluye con la aplicación de un top coat, una capa protectora que no solo preserva el color sino que también le añade brillo a la manicura.

Un aspecto destacado es que, al utilizar un Top Coat no wipe, como el ofrecido por Gelfix, las uñas quedan inmediatamente listas y completamente secas tras su aplicación, eliminando la necesidad de limpiarlas con un Cleanser.

1. Limar la capa superior: Con una lima de grano suave, eliminar el brillo del esmalte para permitir que el quitaesmalte penetre mejor.
2. Aplicar quitaesmalte: Usar un quitaesmalte con acetona, empapando un algodón y colocándolo sobre la uña.
3. Envolver en aluminio: Envolver el algodón alrededor de la uña con papel aluminio para mantener el quitaesmalte en contacto con el esmalte.
4. Esperar: Dejar actuar por aproximadamente 10-15 minutos.
5. Retirar el aluminio y el algodón: Al retirar, el esmalte semipermanente debería salir con facilidad. Si queda residuo, se puede ayudar con un palito suave (cualquiera de tu elección).
6. Hidratar: Finalizar con un buen aceite de cutícula o crema hidratante para nutrir la uña y la piel circundante.