Si has llegado hasta aquí es porque te estás iniciando en el mundo de la manicura o quizá quieres abrir tu propio negocio. El nail art ya puede considerarse una industria consolidada de gran popularidad, pues la manicura se ha convertido en un icono del beauty. Artistas e influencers de todo el mundo muestran su manicura como un complemento fundamental de sus looks. Además, cada vez son más los hombres que incluyen la manicura en sus rutinas de cuidado. Sin duda, nos encontramos en un buen momento para emprender la carrera como manicurista profesional.
Fórmate como manicurista
En primer lugar, es necesario decidir dónde aprenderás manicure y certificarte. Actualmente, la profesión de manicurista se ha desarrollado con un alto grado de especialización. Los diseños son cada vez más complejos, requieren una técnica más pulida y en algunos casos casi un talento innato. No obstante, lo primero es la formación.
Existen dos títulos que puedes cursar para convertirte en manicurista profesional:
- Título de Técnico Superior en Estética Integral y Belleza: es un título más general, aunque también desarrollarás conocimientos sobre manicura y pedicura.
- Título de Técnico Superior en Manicura y Pedicura: es un título con un grado de especialización mayor.
Independientemente de la opción que elijas, podrás acceder a multitud de cursos complementarios para estar siempre a la última en las novedades en el sector.
¿Dónde puedo ejercer como manicurista?
Como la mayoría de las profesiones, podrás ejercer tu actividad por cuenta propia o ajena. A continuación, te contamos las claves más importantes de las diferentes vías:
Iniciar el negocio desde casa
No todo el mundo puede permitirse la inversión o la solicitud de un crédito para abrir un salón de manicura. Además, lo primero es aprender. Empezar a trabajar desde casa puede ser una opción interesante y rentable en tus primeros pasos como manicurista profesional. Te contamos algunas ventajas
- Baja inversión: solo necesitarás acondicionar un espacio de tu hogar para trabajar. Lo importante es que tengas una buena iluminación natural o artificial.
- Empieza con un kit básico de herramientas: limas, alicantes, guantes, algodones, cortauñas, alicates cortacutículas, palitos de naranjo, esmaltes de colores, quitaesmalte y una lámpara LED o UV para el secado. El objetivo es poder ofrecer a tu primera clientela un servicio completo y variado. Eso sí, es preferible contar con pocos productos, pero siempre de calidad y certificados.
- Busca clientes: puedes empezar a hacer contactos entre tus familiares y conocidos e ir agrandando poco a poco el círculo.
- Fotografía tu trabajo: conforme vayas ganando experiencia, ábrete un perfil en redes sociales y promociona tus servicios. Es fundamental que la gente vea tus creaciones para animarse a probar.
Trabajar en un salón
El trabajo de manicurista requiere de talento personal, pero también de aprendizaje, práctica y experiencia. Trabajar en un salón con profesionales más experimentados te brindará herramientas de las que no podrás disponer trabajando en solitario:
- Asesoramiento personalizado: podrás preguntar cuando tengas dudas y recibir consejo y recomendaciones de tus compañeros.
- Variedad de estilos y técnicas: estarás en contacto con las últimas tendencias.
- Provisión de clientela asegurada: solo tendrás que concentrarte en tu formación.
Monta tu propio negocio
Abrir tu propio salón de uñas requiere de una preparación profesional sólida en el mundo de la manicura. Además, necesitarás formación comercial o asesoramiento en cuestiones legales y normativas. A continuación, te damos las claves para emprender como manicurista:
- Requerimientos legales. infórmate de las regulaciones de seguridad, higiene y salud para abrir un negocio. Esto incluye materiales, protocolos de limpieza y equipos de desinfección. De esta forma, protegerás a tu clientela y garantizarás la legalidad y la calidad de tu negocio.
- Dotación de suministros. haz la inversión necesaria en productos dependiendo del número de personas en plantilla y el volumen de trabajo estimado. Compra productos al por mayor para aumentar la rentabilidad.
- Investiga e identifica tu nicho de mercado. Define tu carta de servicios y establece tus precios de acuerdo a la oferta y la demanda.
- Imagen y comunicación profesional. En un negocio de cara al público tienes que crear tu propia identidad, tu imagen corporativa. Elige un nombre sencillo y con gancho. Busca un valor añadido, algo que te diferencie del resto de profesionales e intégralo en tu discurso. Puedes especializarte, por ejemplo, en un tipo concreto de técnica.
- Promociona tus servicios. Como en el negocio desde casa, conviene mostrar y promocionar tu trabajo a través de las redes sociales. Además, un evento de inauguración puede servirte para dar a conocer tu nuevo salón.
- Asóciate con otros profesionales de la estética que se dediquen a ámbitos como el maquillaje, depilación o asesoría de imagen. Trabajar en equipo multiplicará las posibilidades de atraer nuevos clientes.
¿Quieres montar tu salón o tu cabina en casa? ¿Necesitas materiales? Contactanos y te asesoraremos.