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El esmalte en rojo es perfecto para lucir en todo momento una manicura impecable. Si tu clientela apuesta por este color, no tendrás que llevar a cabo un trabajo elaborado en exceso. Tampoco necesitarás de ningún adorno extra para que el resultado sea el deseado. Descubre en este post por qué es perfecto en cualquiera de sus diversas tonalidades.
Es una apuesta segura a la hora de realizar una manicura. El rojo es el color estrella y uno de los favoritos de mujeres de todas las edades. ¿Quién no ha llevado las uñas teñidas de este color en más de una ocasión?
Su personalidad está fuera de toda duda, lo mismo que las variaciones que admite. Puedes utilizar tonalidades tan claras como el rojo fresa y otras que resultan mucho más potentes, entre las que destaca el rojo cereza, el granate e incluso, el burdeos. Existe una gama intermedia que pasa por el amaranto, el coral, el bermellón, etc.
Son varias las ventajas en las que se traduce llevar las uñas solo pintadas de rojo. Seguro que te vienen a la cabeza algunas de las principales. ¿Cuántas podrías llegar a citar? Te enumeramos algunas de las más destacadas a continuación.
Es un color que combina con todo, por lo que tu clientela podrá llevarlo con cualquier estilo de prendas de vestir. Desde las puramente deportivas hasta las consideradas como más chic, pasando por un look casual, un estilo roquero, el hippy, etc. No importa qué tonos estén presentes en la ropa o en los complementos, encaja con todos ellos.
No tendrán que romperse la cabeza a la hora de elegir el outfit con el que saldrán cada día a la calle.
Este es un color tan vivo y con tanta fuerza, que podrás limitarte a aplicarlo en las uñas de las manos y olvidarte de otras opciones. No necesitarás realizar dibujos con ayuda de un pincel con otro esmalte ni tampoco añadir pegatinas a la superficie lacada. Su acabado podrá limitarse a la aplicación del rojo elegido sin más adornos.
Por la misma razón, la clientela no necesitará llevar piezas de joyería para vestir sus manos de glamour en cualquier situación.
No importa qué tipo de actividades llenen la agenda de tus clientas. Podrán hacer frente a todas sin necesidad de variar la manicura en rojo que hayan elegido. Tiene cabida en la oficina, en las salidas con amigas, en sus escapadas de fin de semana y hasta en esa sesión de yoga con la que ponen punto y final a la jornada.
Encajará a la perfección en las más diversas ocasiones, por lo que podrán mantener su manicura sin necesidad de acudir constantemente a realizar un cambio de diseño.
No importa si tu clienta luce una piel pálida o si, por el contrario, presume de bronceado. El rojo se adaptará sin problema alguno. Eso sí, es conveniente que elijas la tonalidad más adecuada a cada caso.
Las manos más blancas encajan con los esmaltes más brillantes. Los más potentes, como el vino o el que recuerda a las cerezas, son ideales para quienes tienen una piel más oscura. Aquellas cuya epidermis se sitúa en un tono intermedio podrán optar por un rojo más llamativo.
No hay como pintarse las uñas del color más popular para sentirse sexy y elegante. Es capaz de envolver a cualquier mujer en un aire de sofisticación que difícilmente puede recrearse con otros esmaltes que no sean los que se centran en todas sus variedades.
Es tan simple como lleno de significado. ¿Cómo podrías no utilizarlo? Resulta irresistible.
A la hora de llevar a cabo manicuras sencillas empleando este color atemporal, no olvides seguir unas pautas. Son estas:
Ya lo sabes. Deja que el esmalte en rojo tenga una presencia superior que el resto cuando realices tu trabajo. Los beneficios en los que se traduce convencerán a tus clientas a la hora de elegirlo.
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