Los salones de belleza no solo ofrecen la manicura, sino también diferentes tipos de pedicura para garantizar un servicio mucho más completo. Este tipo de tratamiento cosmético permite mejorar la apariencia de los pies y garantiza el bienestar de esta zona del cuerpo.
La pedicura es uno de los tratamientos más solicitados en los centros de belleza y su función principal es limpiar e hidratar los pies en profundidad. Para lograrlo, hay que cortar correctamente las uñas, remover las cutículas y eliminar las durezas y los callos. Posteriormente, ya se usaría el esmalte más conveniente según la elección de la clienta.
Una vez que ya sabemos la función de este tipo de tratamiento de estética, vamos a conocer con más detalles las diferentes propuestas en pedicuras para el salón de belleza. Ponerse en manos de estos profesionales ofrece muchas ventajas, pero sobre todo, la confianza de garantizar el cuidado integral de los pies.
Para poder realizar un tratamiento completo de pedicura es necesario contar con un kit que incluya todos los materiales de calidad para ofrecer un buen servicio.
- Un cortauñas fácil de manejar para dejar el largo adecuado y las uñas rectas.
- Una lima para darles forma y redondear las esquinas.
- Un cepillo de cerdas para eliminar las impurezas y los restos de esmalte.
- Un palito de naranjo para empujar la cutícula hacia atrás.
- Un cortacutículas para eliminar la piel que sobra alrededor de la uña.
- Una piedra pómez para alisar y exfoliar la piel de los talones.
Antes de la realización de esta técnica se deberán desinfectar todos los materiales que se van a usar. Los pies suelen estar en remojo durante unos 10 minutos y se utilizará agua tibia y jabón antes de comenzar con la limpieza.
Finalmente, se retira el jabón y se utilizarán productos que no resequen la piel, además de limas profesionales para limar las uñas y que crezcan de forma correcta.
Aunque, en líneas generales, la pedicura cumple el propósito de cuidar la salud de nuestros pies, se pueden elegir diferentes tratamientos para mejorar su apariencia.
Estos son los tipos de pedicura más habituales en los salones de belleza:
PEDICURA REGULAR
Este tipo de pedicura sirve para eliminar la piel muerta y las afecciones de la piel, como los callos. Además, es una técnica muy recomendable para prevenir las uñas encarnadas.
Esta opción consiste en remojar los pies en un recipiente con agua caliente y sales para luego frotarlos con una piedra pómez con el fin de eliminar la piel muerta.
Esta es la pedicura que todos conocemos y que consiste en cortar las uñas, aplicar el esmalte e hidratar la piel con una crema hidratante.
PEDICURA SPA
En este caso, nos referimos a una pedicura muy similar a la anterior, pero que se caracteriza por implementar otro tipo de acciones que hacen que el tratamiento sea más largo y costoso.
Estos tratamientos suelen usar la cera de parafina, el lavado en sal o una loción de barro. Los pies deberán sumergirse y esperar a que el producto se desprenda totalmente.
El objetivo es acabar con las células muertas gracias a un proceso de exfoliación natural. Finalmente, se humectan los pies y se realiza un buen masaje.
PEDICURA A LA PIEDRA
Ahora vamos a hablar de otra modalidad que sirve para relajar los músculos de los pies. Se usa para tratar las molestias y los dolores que se ocasionan en esta zona, así como en la parte de las pantorrillas.
En este tratamiento se van a usar piedras calientes que se frotan en la zona de debajo para relajar los músculos. Normalmente, se finaliza con una sesión de masajes en la que se aplican aceites esenciales con carácter terapéutico.
Como bien sabemos, la pedicura ofrece muchas ventajas y beneficios, por lo que hay que hacer entender a nuestras clientas que se debe buscar el tiempo para mimar los pies en su estudio de manicura y pedicura de confianza.
En primer lugar, se notará una mejoría en la textura de la piel. Además, las personas notarán una sensación de relajación que mejorará su estado de ánimo.
Por otra parte, estos masajes ayudan a desinflamar la zona y sirven para drenar los líquidos retenidos y liberar las toxinas. Esto favorece su circulación sanguínea y la asignación del cuero.
Los expertos coinciden en que la pedicura se debe realizar una vez al mes como mínimo. Por norma general, el crecimiento de las uñas del pie es más lento que el de las manos, por lo que este tipo de cuidado se realiza con menor frecuencia.
En definitiva, los profesionales de los salones de belleza son las personas adecuadas para indicarnos qué tipos de pedicura son las más adecuadas para cada cliente en función de sus necesidades y tiempo. No obstante, independiente de la elección, todas nos ofrecen unos excelentes resultados.